Eslovaquia: el país de los castillos
Eslovaquia cuenta con doscientos castillos, cuatrocientos palacios, además de parques naturales, cuevas fascinantes, montañas nevadas, ríos caudalosos, que le hacen un destino muy interesante. Si a esto le añadimos las leyendas de fantasmas y vampiros, se convierte en un país indispensable para visitar.
Bratislava, atalaya sobre el Danubio
Nada más lógico que empezar la ruta por los castillos eslovacos que hacerlo en su capital.
El castillo de Bratislava se encuentra en una colina que ha sido habitada desde tiempos antiguos, pero la construcción del edificio comenzó en el siglo IX, tras la llegada de los eslavos a la región, quienes pusieron la primera fortificación en el lugar. Con la ocupación de Hungría por las tropas otomanas en el siglo XVI, la realeza húngara debió establecerse en Bratislava, y el castillo pasó a ser parte de su corte. Durante este siglo, el rey Fernando I de Habsburgo encargó su remodelación a arquitectos italianos, quienes le dieron un toque renacentista, y luego, en el siglo XVII, el castillo pasó por una reconstrucción que le otorgó el estilo barroco que luce hasta hoy. Posteriormente, en el siglo XVIII, la reina María Teresa de Austria remodeló el castillo, principalmente en el interior, con un hermoso estilo rococó.
Su historia desde finales del siglo XVIII, le llevó ser la sede de un seminario para sacerdotes católicos, luego albergue de soldados austriacos e italianos, hasta que un devastador incendio dejó la fortificación en ruinas, estado en el que se mantuvo hasta mediados del siglo XX. Durante el proceso de reconstrucción, los habitantes de Bratislava, y de Eslovaquia en general, empezaron a apreciar más el valor histórico que esta fortificación tenía para ellos. Tanto fue así, que la Constitución de la nueva república independiente de Eslovaquia fue firmada en el castillo el 3 de septiembre de 1992.
Orava, el castillo del vampiro
Considerado como uno de los castillos más impresionantes de Eslovaquia, fue construido durante el siglo XIII. Muchas escenas de la famosa película “Nosferatu, el vampiro” (1922) fueron grabadas en este lugar. Su diseño original era de estilo romántico y gótico, y fue derivando hacia uno renacentista y neogótico. Tras un periodo de deterioro y la Segunda Guerra Mundial, se ganó la etiqueta de reconocido monumento nacional.
Su posición en lo alto de un risco ha dado lugar a diversas leyendas. Una de ellas cuenta que un tal Marek llegó a Orava y vio el impresionante peñasco sobre el río donde está en la actualidad el castillo y dijo: así me tenga que ayudar el mismísimo diablo, yo construiré un castillo en la cima de este peñasco. No había terminado de hablar y junto a él se apareció el diablo y le ofreció su ayuda para cumplir su sueño.
Marek propuso al diablo que si le construía un castillo en el punto más alto con enormes habitaciones en 7 días y en 7 noches podría llevarse su alma en 77 años. El diablo aceptó.
Al ver el avance de las obras, Marek se asustó, no quería ir al infierno. Rezó y pidió ayuda a Dios.
El diablo siguió trabajando, pero por culpa de una roca inmensa que tenía que llevar al castillo para terminarlo, no logró cumplir el plazo y en su enfado tiró la roca al río. Hasta el día de hoy ahí se encuentra y la gente la llama la roca de Marek.
Hoy, el castillo alberga buenas colecciones y exposiciones de historia, etnografía y ciencias naturales y es un ejemplo vivo de diversos estilos arquitectónicos: románico, gótico, renacentista y barroco.
Smolenice y su festival de los fantasmas
Dañado durante la Segunda Guerra Mundial, en 1945 pasó a ser propiedad del Estado y fue reconstruido parcialmente en los años 50. Actualmente pertenece a la Academia Eslovaca de Ciencias y se utiliza sobre todo para la organización de conferencias científicas.
Ahora es uno de los castillos más visitados de Eslovaquia y ha atraído a muchos cineastas internacionales como lugar de películas de fantasía. Aquí se llevan a cabo, además del festival anual de fantasmas, brujas y vampiros el festival musical de verano.
Como todo buen castillo tiene su leyenda: El cruel Congor mandó a un criado a Presburgo (Bratislava) con una carta. Para el viaje le dio sólo tres horas, lo cual era imposible de cumplir, ya que en ese tiempo los caminos eran complicados. El pobre criado salió del castillo y se encaminó al bosque. En el bosque encontró a un carretero con tres caballos. El criado le contó su problema. El carretero se rio y le dijo al criado que subiera al coche. Los caballos empezaron a correr tanto que prácticamente volaban. Pasaron tres horas y el criado regresó e informó que había entregado la carta y había regresado en el tiempo estipulado. Congor se sorprendió y le preguntó como lo había logrado. El criado le contó acerca del carretero y sus hábiles caballos. Congor palideció, ya que se dio cuenta de que el carretero tenía que ser el fantasma de un criado al que él había maltratado hasta la muerte y pensó que había vuelto para vengarse y Congor de la impresión cayó muerto, su alma salió de su cuerpo y ahora se encuentra vagando en los jardines del castillo donde se esconde porque hasta ahora teme a la venganza de su criado.
Devín, inspiración de Julio Verne
Aunque apenas quedan unas ruinas, vale la pena visitar el castillo de Devín, no solo por evocar su pasado convulso y ajetreado, sino por disfrutar sus alrededores, en la confluencia del Danubio y el Morava y admirar sus vistas. Además, está a solo 13 kilómetros de la capital. También es uno de los emplazamientos arqueológicos más importantes de Eslovaquia, un lugar lleno de historia y un auténtico símbolo nacional para la gente de Eslovaquia. Está considerado Monumento Cultural Nacional. Su pasado esplendor se remonta al siglo VIII.
El famoso escritor Julio Verne visitó en 1892 el Imperio Austro-Húngaro. Durante su viaje de estudios visitó, además de otros enclaves, el Castillo de Devín. Este lugar le impresionó tanto que, se dice, que para escribir la novela “El misterioso castillo en los Cárpatos”, Julio Verne se inspiró justamente en las ruinas de Devín.
Este castillo también tiene su leyenda relacionada con la llamada “Torre de la virgen”. Se cuenta que una novia, al enterarse de que su familia mató a su novio y de que querían encerrarla en un convento, decidió saltar desde esa torre para quitarse la vida.
Una de las ventajas que tiene el castillo de Devín es que está situado muy cerca de Bratislava.
Castillo de Spis, el mayor de Europa Central
Las ruinas de la Fortaleza de Spis figuran entre los conjuntos de fortificación medievales más extensos de Europa Central. Se extiende sobre un área de cuatro hectáreas, en los cinco patios se conservan ruinas de los siglos XIII a XVIII. En verano sus románticas ruinas sirven de marco a diversos festivales medievales. Su aspecto es fantástico y parece el marco ideal para rodar películas como Dragonheart, que se hizo aquí. Una audio-guía gratuita cuenta sus historias de amor y locura, desesperación y desaventuras, crímenes y acontecimientos históricos.
Spis fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 y su gran tamaño y majestuosa imagen sobre una colina domina todo el entorno. No es fácil de visitar ya que se encuentra alejado de la capital eslovaca y lejos de grandes atracciones turísticas, aunque se puede incluir en un tour por las bellas iglesias de madera del Noreste de Eslovaquia.
El castillo se está reconstruyendo en la actualidad.
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